Con el marco de un clima tan cambiante como desafiante, se llevó a cabo la 44ª Edición del Rally Internacional del Río de la Plata. La misma tuvo lugar, durante tres días, sobre trazados en las pintorescas y serpenteantes rutas de las sierras, alternadas con tramos paralelos al océano.

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Participaron 70 vehículos, con competidores de Argentina, Brasil y Uruguay, que abarcaban el período que va entre 1929 y 1994, en una miríada de marcas, modelos y segmentos que representaban, desde los tradicionales sedan, pasando por modelos deportivos roadsters o spiders, coupés o berlinetas, rurales y pick-up. Como es tradicional en estos eventos, la procesión pasa a ser un museo itinerante que muestra, a los sorprendidos y ocasionales testigos, parte de la evolución automotriz. Y sumerge a los participantes en un ambiente de camaradería y pasión compartida.

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Pero el evento no se trataba solo de mostrar automóviles y camaradería, también incluyó competencia, tanto deportiva como de presentación de los autos. En lo estrictamente deportivo se diseñaron dos modalidades, la tradicional regularidad en ruta de promedio libre y pruebas especiales de aproximación con tiempos impuestos.

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Tanto con un jurado, como con la votación de los participantes, los autos también competían en el Concurso de Estado, donde un Jurado seleccionó, a su entender, el Best of Show y varios vehículos más y, con la votación de los participantes, fue galardonado el Insigneo People’s Choice Award.

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El MCCC, institucionalmente, no deja de lado la Responsabilidad Social y, en esta oportunidad realizó una recaudación de fondos para la fundación ReachingU, organización que viabiliza planes para incentivar y mejorar la educación en sectores de contexto carenciado. Pero también se diseñó el trazado para visitar lugares de interés histórico, geográfico y cultural como, en esta edición, la Largada desde el Museo Ralli, o el almuerzo en la Casa de la Cultura en Aiguá.

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En resumen, este evento fue mucho más que una simple exhibición de automóviles antiguos; fue un viaje en el tiempo donde la pasión por la historia del automóvil se fusionó con la belleza natural y buena gastronomía local, creando lindos recuerdos para todos quienes participaron.